Como algunos sabrán y la mayoría seguramente no, a partir de este mes de octubre seremos una de las cinco residencias de investigación período 2013-2014 de las que concede el Museo Reina Sofía anualmente.
Un viaje más, una serie de puestas en situación, de encuentros, de conversaciones y de acciones posibles en el marco de una institución específica.
Para la investigación nos propusimos fundamentalmente dos retos: volver sobre nuestra memoria para poder compartirla mejor y segundo, poner en juego el concepto de Sinautoría.
El primer reto consiste en un viaje hacia atrás localizando y entrevistando a una buena parte de aquellas personas que han participado en nuestras experiencias cinematográficas tanto aquí en Madrid, como en Toulouse, como en la localidad de Blanca, en Murcia, los tres lugares donde tenemos actividad.
Volvemos sobre la memoria por el camino empedrado con nombres. A la memoria que es propia porque es compartida y que es compartida porque es propia.
El otro reto es amplificar y poner en relación social la Sinautoría, poblarla de ecos, permitirle dar pasos más allá de lo cinematográfico.
La Sinautoría ha sido el motor de nuestra operativa cuya aplicabilidad la fundimos enteramente en los procesos cinematográficos. Es una noción que no ha hecho más que crecer como crecen las cosas profundas, haciéndose simples y eficaces.
Se trata de una serie de procedimientos que por la vía de los hechos colectiviza un proceso de producción a la hora de hacer y gestionar un film. Quisiéramos ahora, ponerla a dialogar con otras actividades, personas y grupos de la producción cultural en general.
Y aunque aún estamos diseñando las diferentes intervenciones que haremos, una de las primeras labores será extraer y abstraer del ámbito puramente cinematográfico, prácticas, procedimientos y herramientas de la Sinautoría que puedan trasladarse a otro tipo de producción cultural.
La Sinautoría en el cine tiene asuntos muy determinados y determinantes:
- una subjetividad social que crea un imaginario,
- unos procesos de manufacturación específicos, de guionización, rodaje, montaje que acaban con la materialización de aquel imaginario inicial en una representación fílmica, una secuencia programada de imágenes y sonidos,
- una gestión del material producido (distribución, exhibición, comercialización, etc) del cual se obtienen diferentes tipos de beneficios.
La Sinautoría consiste en que la autoridad y la propiedad de cada uno de esos pasos, cada uno con sus procedimientos y su tecnología específica, pasen de las manos de los habituales expertos y profesionales a la autoridad del común de la gente.