domingo, 24 de junio de 2012

Sociología para un nuevo imaginario. Cuatro preguntas concretas para atravesar el cine.

En la última parte de la presentación del primer visionado que hicimos en la Fábrica de Cine sin Autor en Intermediae Matadero Madrid, quisimos hacer hincapié en el asunto de la producción y del aspecto económico del proyecto.
Se podía leer con claridad entre quienes asistieron a la sesión, al menos cuatro categorías de personas si miramos su relación con la producción:
a) el equipo de Intermediae Matadero, quienes han dado desde la institución la posibilidad de que la Fábrica opere allí. Un equipo de asalariados y asalariadas del ayuntamiento de Madrid. Su relación con la producción es múltiple. Por un lado artística (por su concepción de la producción cultural que les ha hecho optar por un proyecto así), económica (trabajan como profesionales de las artes a cambio de dinero) institucional (vinculados a una institución pública) y vocacional (es el trabajo que desean y les gusta hacer)

domingo, 17 de junio de 2012

¿Qué es un casting? Del elitismo profesional del cine a la subjetividad participada.

Un casting es el proceso por el cual se eligen personas para formar parte del elenco de una película, obra teatral, espectáculo, etc.
Digamos que es un proceso de inclusión a un equipo de trabajo donde quienes han creado una idea de obra, se plantean la elección de personas que tengan ciertas cualidades buscadas que se aproximen mejor a los perfiles de personajes que les serán útiles para sus fines creativos.
Los o las elegidos entrarán a orbitar dentro de al menos tres territorios específicos que antes no frecuentaban o ni siquiera conocían:
a) el territorio físico-escénico de los lugares donde se desarrollarán las acciones programadas, b) el territorio de relaciones humanas de ese equipo y c) el territorio imaginario de quien o quienes han diseñado el universo audiovisual que será la película (director y guionista generalmente si es que no son la misma persona)
Estas personas son las que determinan el marco imaginario de todo el trabajo. Se trata de moldear un personaje para que encarne el papel.
El tipo de relación puede ser mercantil ( a cambio de dinero), profesional solamente ( por el gusto al oficio) o por pura curiosidad de participar (si no se es profesional).

domingo, 10 de junio de 2012

Fábrica de Cine sin Autor. Primer visionado en abierto. RE-ritualizar la experiencia social del cine. ¡Habitarlo!.

Si en cualquier conversación dijéramos “el viernes fuimos al cine”, el imaginario común no tendría dudas en recrear la situación y entendería que: fuimos a ver una película.
El ritual aparece claro: nos habremos desplazado hasta un sitio, nos habremos sentado en alguna sala, alguien nos habría exhibido un film, lo habríamos visto. Si comentáramos además que luego de la película hubo un debate que prolongó el acto, también podríamos imaginarnos que se abrió una ronda de opiniones sobre la exhibición para, finalmente, abandonar el lugar con gusto o disgusto sobre la película en cuestión.
Se trata de un imaginario común. Una serie de acciones casi mecánicas que relacionamos con la palabra “cine”.
Sin embargo, el viernes pasado, la Fábrica de Cine sin Autor invitaba a un “visionado en abierto” que no exactamente reproduciría el ritual aunque, quizá, una parte de las personas presentes pudo haberse llevado esa impresión. Es complejo no ver lo que acostumbramos a ver. Es difícil romper con un imaginario que opera en nosotros de manera casi inapelable.

domingo, 3 de junio de 2012

La Sociedad-Plató. Operativas de Cine e “impacto social inclusivo”.

Siempre es bueno dejar por escrito las intenciones con las que parte un proyecto que se plantea objetivos a largo plazo.
No son pocas las veces que no alcanzamos nuestros objetivos. Las razones son de muy variada especie. La intención social-productiva que nos proponemos en la Fábrica de Cine sin Autor está embarazada de una alta complejidad así como de una alta potencia.
Los años anteriores nos han ido dando muchas pautas sobre las dificultades que entraña el plantearnos crear ciertas condiciones favorables para la emergencia de la imagen fílmica desde el complejo entramado social.
Toda la realidad es cinematografiable. Y todas las personas y grupos de una sociedad pueden participar de la producción del cine. Otra cosa es que no haya modelos incluyentes para hacerlo.
Un espacio social visto como plató, supone una mirada diferente de la gente y su paisaje. Es la vida social la que se mueve, se interrelaciona, produce actividades, encuentros, trabajos, recorridos, conversaciones infinitas, intercambios.