domingo, 5 de febrero de 2012

Cinematografías de boca en boca. Notas sobre la transmisión horizontal en el Cine sin Autor

Esta última semana volvimos a retomar el trabajo en el centro CEPA-Tetuán (Educación de adultos) luego de una interrupción desde noviembre del año pasado. Para quien no lo sepa, el período noviembre 2010-mayo 2011 en que trabajamos, este grupo pertenecía al 1er año. El año pasado cuando en noviembre fuimos a comenzar el segundo año de trabajo, algo pasó que masivamente dejaron de asistir. Territorio emocional confuso, creemos, para una juventud que rara vez sigue proyectos hasta acabarlos, según sus profesores y profesoras y que viven acosados por un futuro negro e incierto. Pero este año, como lo hemos comentado en otro post, teníamos que afrontar la invitación que nos ha hecho el Museo de Arte Reina Sofía para participar en la muestra....
Quienes conocen el trabajo del Cine sin Autor saben que el equipo de realización busca que todas las fases del proyecto sean decididas y apropiadas por los participantes no cineastas y esto incluye su uso, su circulación y su explotación comercial si en algún caso la hubiera.
Por ese motivo convocamos a otra reunión para plantearles el asunto y por suerte, este compromiso ha reactivado el trabajo y comenzaremos a trabajar dos aspectos no menos relevantes: el corte final de la película, la presentación que deberán hacer los y las jóvenes que defiendan el trabajo en los minutos que nos dan para explicarla en el Museo, el título que aún no está definido, lo que haremos con los primeros 200€ simbólicos que el festival da por derechos de exhibición y el futuro de la película que, a partir de esta primer muestra ,puede tomar otros rumbos de exhibición si así lo deciden.
Es un recorrido que no pudimos hacer como hubiéramos querido con la primer película "¿De qué?" que realizamos con otro grupo de jóvenes de la localidad de Humanes y que quizá ahora tenemos la oportunidad de llevar adelante con más orden y más participación de sus protagonistas.
Hay dos hechos que nos gustaría resaltar y analizar de este encuentro.
El primero es que ningún joven sabía lo que es el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Para quienes nos lean desde fuera de España o aquellos que no lo sepan por diferentes motivos, el Reina Sofía de Madrid, es uno de los centros de arte contemporáneo más importantes de España y una referencia internacional.
Lo interesante de que los jóvenes ignoren la existencia de una institución como el Reina Sofía, dicen mucho más sobre lo lejos que se encuentran estos enclaves de la cultura oficial de la población en general que de una carencia del propio conocimiento popular.
Sabemos que el Museo Reina Sofía, debe tener visitas planificadas para todo tipo de grupos. Que colectivos de estudiantes lo visitarán para entrar en contacto con sus instalaciones, su funcionamiento y sus diferentes muestras y colecciones. Esta es, digamos, la forma de conocimiento habitual, la manera de entrar en contacto con el.
Nos parece interesante que el Cine sin Autor, por diferentes circunstancias, haya servido de vehículo para otro tipo de relación de uso con un centro de arte contemporáneo que cualquier turista tiene como punto obligado de sus recorridos. "Gestos mientras tanto" decíamos en el post referido a este tema. Quizá, esta exhibición que preparamos desde el Cepa-Tetuán, es la forma más idónea, o al menos la que para nuestra forma de ver la cultura debería ser la más natural y frecuente en cuanto a la relación de las instituciones culturales importantes y la población en general: que sus instalaciones acojan la obra de la gente no vinculada a la producción cultural, la que no tiene recorridos plagados de “méritos artísticos e intelectuales”, la que vive al margen de los circuitos institucionalizados del Arte.
Cuando hemos hablado otras veces, de okupar el cine, nos hemos referido, en primer lugar a la ocupación de “lo cinematográfico”, a ocupar los procesos de producción por parte de la gente cualquiera, a que desterremos ese elitismo profesional e inversor que tanto ha determinado y determina el cine y a que en los propios dispositivos de producción y explotación, el profesionalismo técnico e intelectual, sea un servicio puesto al alcance de la gente para fabricar la representación social a la que se tiene derecho como población.
Pero también nos referimos a este segundo aspecto. A que una vez la gente ocupe la producción y la propiedad sobre las obras que cree con o sin la ayuda de profesionales, ocupe también con sus obras las instituciones oficiales de la cultura.
Reiteramos que es un pequeño gesto frente a lo que desearíamos que fuera el estado de las cosas, pero al menos son pasos. Pasos gracias al empeño de personas concretas que se esfuerzan para que esto suceda como lo han sido, en este caso, el equipo de Subtramas que organiza el evento.
Ocupar el cine, ocupar las instituciones que lo exhiben. Horizonte que no hay que perder.
El segundo asunto que queremos comentar, es otro curioso encuentro, digamos, cinematográfico, que tuvo lugar en medio de la reunión que mantuvimos con nuestros jóvenes. Al menos para nosotros no es poco importante porque es la primera vez que nos ocurre y que tiene que ver con esos procesos del cine entre la gente, de los que siempre nos gusta hablar.
La dirección del Centro nos venía proponiendo comenzar una segunda experiencia con otro grupo, los que ahora están cursando primer año. Así que aprovechando esta oportunidad de vernos reunidos, la profesora que lleva los grados nos propuso explicarles el proyecto a este otro grupo. Al estar hablando con los de 2º grado sobre presentar la película en su exhibición en el Reina Sofía, propusimos que aprovecháramos la oportunidad para que los propios jóvenes que el año pasado hicieron el proceso, les explicaran a los del primer curso en qué consistía hacer una película de Cine sin Autor.
Y así se hizo. Quizá nosotros le hubiéramos dado más solemnidad y más intelectualismo, como es nuestro vicio, pero ellos se lo contaron así, respondiendo a la pregunta ¿en qué consistió hacer una película de Cine sin Autor?:
Transcribimos el diálogo tal cual ocurrió, resaltando solo el grado al que pertenecían quienes hablaban:
"2ºGrado: Pueden actuar también no solamente los que venís, amigos vuestros, amigas, pueden venir también, se lo van a pasar bien.
Hay días también que no rodamos solamente aquí, rodamos fuera.
La película va de muchos temas, no va de un tema en concreto.
O sea, tú por ejemplo quieres salir en una escena, tú en otra, tal. Cada uno... de su tema.
Profesora: ¿Cómo hicisteis el guión?
Propusimos varias cosas y las metimos todas en varias escenas.
Y bueno, es que tampoco se sabe de qué va la película.
1erGrado: ¿Sólo se puede participar siendo actor o de otro tipo?
2ºGrado: - Puedes participar de lo que quieras. Puedes ser cámara, puedes hacer diálogos, puedes...traer el tabaco...
- Si te apetece grabar, pues grabas, si te apetece sostener el micro, pues, puedes hacer las actividades que quieras... Si no ayudas de una forma, pues ayudas de otra.
Si no te gusta que te graben, pues grabas tú.
- Puedes hacer lo que quieres, sabes, más o menos.
- Que ¡vamos!, que os organizáis vosotros como podáis y como queráis.
- Pues si quieres hacer una escena, pues la haces... y luego la juntas...
- Si tú estás en tu casa y piensas, a míme apetece hacer mañana, la escena de: yo besándome con un chico, cojes, lo dices, lo propones y si están de acuerdo pues...
1er: Grado: O sea, no tiene que ser un guión sino que son escenas distintas...
2º Grado: Es improvisado.. No se considera ni película....
1erGrado: ¿En la película que estáis haciendo tienen banda sonora?
2º Grado: A ver, banda sonora, no, la ponen ellos, pero más bien música de fondo...¿banda sonora?
1er Grado: Es que dependiendo de la escena que podamos grabar nosotros, yo puedo hacer una especie de tema como para ponerlo de fondo...
2ºGrado: Si, eso se puede hacer...
A eso se refiere con lo que tú quieras, si tú quieres hacer una música de fondo, pues la pones, sabes.
No sé, cada uno hace lo que quiere, sabes. Como si quieres....
- Improvisas lo que quieres y si te queda bien...
1er Grado: ¿Qué consejo nos podéis dar?
2do Grado: Que cuanto más colabores ¿no?... cada uno aportará.
Te lo puedes pasar bien porque, no es que haces lo que quieres, sabes, pero..
que no es como si fuera una clase... más que nada, yo que sé... probar a ver lo que te sale, sabes, a ver lo que sabes hacer y ya está...
Y... yo que sé, a la gente le suele gustar, sabes, aunque parezca una tontería al principio y tal, luego lo haces y gusta...
1er Grado: ¿Os gustó?
2º Grado: Te puede gustar o no te puede gustar... a mí sí me gustó...
Hay cosas... lo que no te gusta lo quitas, sabes...
Además todas las clases se graban, sabes. Todo lo que vas diciendo se graba, todo lo que vais planificando para la película se graba."


Este es un momento transcrito del diálogo entre los dos grupos.
Transmisión de boca a boca. Unos jóvenes les cuentan a otros, no una película que deberían ir a ver, sino una experiencia de cine que deberían hacer, porque "se la pasan bien", pueden hacer lo que quieren y tienen toda la libertad para crear y producir.
No es poca valoración para nosotros que el dispositivo de Cine sin Autor permita esa experiencia de libertad. Sobre todo cuando sabemos la fascinante libertad que siempre ha ofrecido el cine a inversores, guionistas, productores y profesionales para producir lo que se les viene en gana.
En la vida social que tenemos, al menos en la España miserable que nos están diseñando banqueros y políticos, el hecho de que los y las jóvenes expresen en una producción propia lo que se les da la gana, es algo poco habitual. Un, una joven “debe” bla bla bla... dirá el recitado de los adultos que siempre queremos meter a las nuevas generaciones en el mundo que hemos vivido, sin tener ni la menor idea y sin preguntarles siquiera, qué tipo de mundo quisieran vivir y cuán dispuestos estarían a reinventarlo.
Que el cine sin Autor abra un espacio de libertad para expresar contenidos, discutirlos, decidirlos en colectivo, presentar sus películas donde sea y hacer (bajo el amparo de una concepción de cine), lo que realmente quieran, nos parece el pequeño obsequio que le podemos hacer a estos jóvenes que tratan de vivir en un orden social que tiene, parece, el repugnante objetivo de convertirlos en desecho mercantil en paro.
Este es el segundo proceso cinematográfico en donde escuchamos comentar a los jóvenes su experiencia de libertad a la hora de crear una película bajo otro modo. A medida que avanzamos, también vemos toda la debilidad que esto supone. Una película de este tipo, no cambiará sus vidas. La vida de estos jóvenes mejorará cuando las condiciones sociales les permita expresar y vivir mejor y sin tanta circunstancia adversa. Nuestro cine, por ahora, es solo una oportunidad aún puntual de producir juntos, sin las jerarquías ni los condicionamientos convencionales.
¡Cuánto deseamos una sociedad plagada de grupos organizados haciendo sus películas! ¡Cuánta ingeniería social y política detectamos en contra de otra forma de producción en cada paso! Poco debe de importarnos. El trabajo nos va otorgando, en muchos aspectos, descubrimientos insospechados y exquisitos. Son estas cosas las que nos hacen subir lentamente la apuesta por los procesos de producción en común. Las que nos estimulan para sentar las bases de otro cine futuro.

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